Nada fuera de lo común en términos de San Miguel —oriente de El Salvador para los foráneos.
La portada de la extra |
Hacía, digo, un sol abrasador y un calor agobiante.
Estaba junto a una de las bombas de la gasolinera, enmedio de la isla de servicio, cuando el locutor de la radio transmitió las primeras frases de la noticia que a mí me dejó helado.
Minutos antes, en Dallas, Texas, el presidente estadounidense John F. Kennedy había sido víctima de un atentado.
El despacho inicial sobre el atentado fue seguido, posteriormente, de actualizaciones sobre los sucesos en Dallas.
La coincidencia de que la zona horaria en Dallas y El Salvador sea la misma hizo que muchos salvadoreños siguiéramos los detalles sobre el magnicidio prácticamente con la misma inmediatez con la que se difundían en Estados Unidos.
Traigo a cuento mis remembranzas porque noticias como el asesinato de John F. Kennedy son del tipo ese que suelen calificarse como seminales.