Viene por ahí esta madrugada Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, con el anuncio de la iniciativa que ha dado en llamar Safety Check, y he pensado de inmediato en un ya desaparecido periodista y locutor salvadoreño, y su alter ego.
Me explico, antes de darles más detalles sobre Zuckerberg y su proyecto.
Muchos de mis contemporáneos y otros aún más jóvenes que yo [si se dan cuenta, es una frase que se presta a acusaciones de que uno sigue empeñado en ignorar el paso de los años] se recordarán de Crisantemina Siempreviva Ipecacuana, el personaje humorístico que durante años deleitó a miles en la radio de El Salvador.
Dos enormes pulgares hacia arriba |
“¡Aló! ¡Jelóu! ¿Con mis princesos y mis playboyas? ¡Así quería ver a mi pueblo!”, eran frases de la susodicha Crisantemina, quien en su monólogo se describía en diversidad de maneras. En el incluido en esta colección de clips radiofónicos que alguien identificado como Oscar O. Mendoza ha colgado en youtube, la oirán decir —empezando por ahí a eso del 1:47 en la cinta de unos 10:30 de duración— que era, “La chucha rota de los desamparados”.
El de Crisantemina era un humor sencillo.
Muchas de las frases que su intérprete utilizaba no eran ninguna invención suya.
Eran joyas recogidas del habla popular, que Crisantemina llevó al proscenio de la fama luego de reconocer que eran un reflejo de la idiosincrasia guanaca.
“¡Por estas, mírenme la seña!”, nos decía al micrófono. Y reíamos todos, porque en el código iba incrustado el ADN de nuestra manera de responder a situaciones de todo tipo.
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Cuando no estaba al micrófono en la cabina de la radio allá por la Plazuela Zurita, unas cuantas cuadras al este de la Plaza Libertad, Crisantemina volvía a su identidad real de Hernán Quezada de la Torre, el locutor y periodista radial a quien pueden ver en el recorte ese de la foto que ya publiqué antes en una entrega distinta hace unos cuantos días —al tope, en la escalinata del avión, está Mauricio Álvarez, fotógrafo de El Diario de Hoy, y a mi izquierda, flanqueando a Hernán, sigue René Hurtado.
El viaje ese a mediados de 1980 desde San Salvador fue el primer vuelo comercial hacia Tegucigalpa y puso fin, de manera simbólica, al estado de beligerancia existente entre El Salvador y Honduras desde la Guerra de las 100 Horas que ambos países libraron en julio de 1969. El tratado por el que ambas naciones suscribieron la paz se firmó en Lima, Perú, el 30 de octubre de 1980.
Alter ego de Crisantemina [Hernán Quezada] |
Hernán no sobrevivió al conflicto armado interno en mi país. Por algunas versiones recibidas, sé que lo asesinaron y que fue blanco del terror por ser periodista, pero desconozco los detalles precisos de su muerte. Hernán figura así entre los familiares, amigos y conocidos míos listados entre los más de 75,000 muertos dejados por la violencia que asoló a mi país de 1980 a 1992.
El oficio este de periodista haría que viese con regularidad a Hernán hasta mi salida a principios de 1981.
Nuestro último contacto fue entrada la noche del 10 octubre de 1986, horas después de que El Salvador había sido de nuevo flagelado por un terremoto.
Por esa fecha era yo uno de los corresponsales de la Agencia EFE en Washington, D. C., y tenía, como es el caso siempre con todo tipo de noticias para quienes andamos en el medio periodístico, información relativamente detallada del desastre —muchos de los reportes se habían retransmitido desde las otras corresponsalías centroamericanas de ACAN-EFE , la subsidiaria regional de la agencia española, porque la delegación en San Salvador no tenía acceso a ningún sistema de comunicación.
No había, sin embargo, información directa sobre mis padres. Tanto yo como mis hermanos habíamos tratado infructuosamente de conseguir noticias. No fue sino hasta ya bien entrada la noche que logré entablar contacto telefónico con la única radio que seguía transmitiendo y que recibía llamadas desde el exterior.
Para mi sorpresa, fue el buen amigo Hernán quien estaba al micrófono y fue a través suyo como logré, luego de una relativamente corta espera, asegurarme de que todo estaba bien con mis padres.
Vuelvo con Mr. Zuckerberg y Safety Check.
Desastres como el terremoto de 1986 en El Salvador son los que han inspirado la iniciativa, nos dice Zuckerberg en esta página de Facebook. [El tsunami y terremoto de 2011 en Japón fueron la inspiración de un equipo de ingenieros para el programa, dice Zuckerberg].
Es algo, en realidad, sumamente sencillo.
Utilizando Safety Check, en caso de desastre cualquier usuario de Facebook podrá comunicar a familiares y amigos de si se encuentra seguro, y verificar la situación de sus contactos en la misma área del desastre.
La herramienta se activará nada más conocerse de la existencia de un desastre en el área y el usuario recibirá un mensaje de Facebook, pidiéndole que confirme cuál es su situación. El usuario podrá comunicar a sus contactos si está o no en el área del desastre.
Hay detalles completos sobre cómo funciona Safety Check en el hiperenlace de arriba.
Será cuestión de decidir, naturalmente, qué constituye un desastre, cuándo se activará el programa de Safety Check y no faltarán quienes destaquen las deficiencias que pudiese tener el programa.
Tanto como periodista profesional como en el plano puramente personal, si se dan cuenta por mis recuerdos de lo sucedido en 1986, me he encontrado en muchas situaciones en las que el envío o recepción de un simple mensaje que dijese, “Estoy —o estamos— bien”, habría sido de suma tranquilidad.
Con Safety Check, Mark Zuckerberg se ha hecho acreedor de un par de grandes pulgares hacia arriba. Como bien habría dicho Crisantemina, “¡Por estas, mírenme la seña!”
En que año murió Crisantemina? realmente causa nostalgia los personajes locutores de radio, mi mamá se acuerda que lo escuchaba en la YSU, yo su hijo mayor me ha transmitido un poco de esas épocas de los años 60s y 70s como era todo antes.
ReplyDeleteHe visto fechas dispares sobre la muerte de Hernán Quezada, pero tengo entendido que fue en abril de 1997. Lamentablemente no tengo mayores detalles.
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