Wednesday, October 15, 2014

Esperando en la estación de Metro Rail

Siempre he pensado que la luminosidad de las mañanas en Miami se nos escapa, con frecuencia, a todos, por cualquiera que sea el motivo.
Quizá una manera de mostrarlo sea con esta foto no retocada —aunque sí la he “recortado” para eliminar espacios superfluos en los bordes— que capté esta mañana, de pasajeros a la espera de transferir a un autobús en la estación Douglas Road de Metro Rail —el tren urbano miamense.
La luz, se darán cuenta, pasa desapercibida para la mayoría.
Esperando en Douglas Road
Ignorando la luz

Hay todo tipo de viajeros en el sistema urbano de transporte.
Algunos usan sus smartphones —sí, sí, la Fundéu aconseja la traducción literal— para filmar con la videocámara integrada a todos los demás viajeros que deambulamos por la banqueta.
Uno se da cuenta de lo que hacen y se pregunta —tras conjeturar si la motivación aparente no será solo una dosis enfermiza de voyeurismo— por qué lo hacen. Lo que en verdad no desea uno hacer es ponerse paranoico y pensar que a lo mejor alguien ha decidido seguirlo.
No será por nada que yo he escrito en alguna oportunidad, se dice uno, mientras busca tranquilizarse diciéndose que la importancia propia no es tanta como para que alguien le ande siguiendo.
A pesar de todo: “Señor, protégeme de fanáticos y de locos”, es la plegaria que de súbito surge en la mente, para tranquilizarse.
Como verán en la foto siempre hay, inevitablemente, alguien haciendo una llamada en su celular. Es imposible no compartir el mensaje de que "Sí, ya estoy en la parada y pronto subiré al bus para llegar ahí" —la precision del ahí, como es comprensible, desconocida para el involuntario escucha.
Hay quienes escuchan música con sus audífonos.
La luz, todavía sin ser notada, sigue arriba y en derredor suyo.

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