Thursday, March 22, 2012

Gardel tenía razón

Lo llamaban El Zorzal Criollo.
A casi ocho décadas de su muerte en un accidente aéreo en Medellín, Colombia, casi se atrevería uno a asegurar que Carlos Gardel fue el primer cantante popular latinoamericano de fama mundial.
No el primer artista, léase bien, sino el primer cantante latinoamericano de fama mundial.
En los últimos días, dos circunstancias me hicieron recordar a Gardel.
Se acumulan con los años, se la remueve en singular
Una fue el comentario de mi amigo Rubén en su muro de  facebook, a raíz de un video que alguien le había compartido: “La verdad es que se escapa un lagrimón cuando veo algo de Baires y escucho al zorzal”. (Las siluetas de Rubén y de una de sus hijas, Ale, se reflejan en el cristal en el extremo inferior izquierdo de esa foto captada en Los Inmortales, un restaurante porteño).
Para los no iniciados, eso de lagrimón alude a “Melodía de Arrabal”, en donde Gardel dice a su viejo barrio que la lágrima que le causa evocarlo “es un beso prolonga’o que te da mi corazón”. (Lo mismo para quienes ya gustan del payador como para quienes deseen conocer más, este sitio web tiene, tanto en español como en inglés, todo lo que a uno pueda interesarle).
La segunda (y de ahí el título de esta entrega) vino a raíz de una consulta por chat sobre si “snowblower” o cualquier otro equipo que sirve para despejar la nieve de veredas, calles y carreteras debería traducirse como “quitanieve” (a la usanza de muchos medios de comunicación) o como prescribe el DRAE:


quitanieves.
1. f. Máquina para limpiar de nieve los caminos.

El diccionario Oxford nos ofrece un resultado idéntico, tanto en lo relacionado con la traducción de “snowblower”

como de “snowplow”, también llamado “snowplower” o “snowplough”:

Nuestros ya conocidos amigos de la Fundéu, mientras tanto, en una recomendación que data de 2008, nos dicen:


"La forma correcta de referirse a las máquinas que retiran la nieve de las carreteras es máquinas quitanieves y no máquinas quitanieve, como aparece en muchos medios de comunicación.
“Con las primeras nevadas del invierno llegan las noticias de ciudades y regiones que quedan aisladas por la nieve, y en esas mismas noticias se habla casi siempre de las máquinas quitanieve o los camiones quitanieve, cuando lo correcto es quitanieves.
“La palabra quitanieves puede funcionar como sustantivo femenino: ‘una quitanieves, cincuenta quitanieves’, y también como adjetivo: ‘una máquina quitanieves, las máquinas quitanieves, el camión quitanieves’ ".
Como recordarán, en una entrega anterior decíamos que en esto del lenguaje no siempre es aconsejable eso de andarle buscando tres pies al gato y que la respuesta tiende a ser más que sencilla. Este sería un caso tal: se dice, se escribe quitanieves, porque así lo manda la Academia.
Y, sin embargo…
A decir verdad, no deja de estar muy claro para mí que en este caso quitanieves sea lo más correcto.
Por supuesto, bien puede ser que nada más sea yo quien piensa así.

Lo lógico sería suponer que cuando la RAE nos dice que el término es quitanieves, no otro, lo hace porque ya existen casos como este:


mondadientes.
1. m. Instrumento pequeño y rematado en punta, que sirve para mondar los dientes sacando lo que se mete entre ellos.


o el de este otro nombre compuesto


sacapuntas.
1. m. Instrumento para afilar los lápices.


a los que se suma este otro:


quitamanchas.
1. com. Persona que tiene por oficio quitar las manchas de las ropas.
2. m. Producto natural o preparado que sirve para quitar manchas.


Al igual que quitanieves, notarán que los vocablos citados son un compuesto de verbo y sustantivo.
La consulta al Diccionario Panhispánico de Dudas —no porque haya de creerse, en ningún momento, que irá en contra de la definición del DRAE, aunque ya hemos visto antes cómo nos aconseja usar yacusi, en oposición al más correcto jacuzzi del mataburros— no despeja las dudas, aunque en las normas sobre el plural dice:


2.6. Adjetivos formados por prefijo + sustantivo. Los adjetivos formados por la adición de un prefijo a un sustantivo son invariables en plural: faros antiniebla (no faros antinieblas), máscaras antigás (no máscaras antigases), sistemas multifrecuencia (no sistemas multifrecuencias). Algunos de estos adjetivos tienen como base un sustantivo plural, de ahí que presenten una -s final tanto en singular como en plural: policía antidisturbios, policías antidisturbios. Otros tienen dos formas admitidas, una con -s y otra sin -s, válidas tanto para el singular como para el plural: mina o minas antipersona, mina o minas antipersonas.


Si es antiniebla y no antinieblas, y antigás , no antigases, para solo mencionar dos de los primeros tres ejemplos, ¿por qué no quitanieve, en lugar de quitanieves?
Nada que ver, dirá probablemente alguno: aquí se habla claramente de prefijo más sustantivo, no de verbo más sustantivo.
Y qué, entonces, de este otro nombre compuesto por verbo más sustantivo:


quemarropa.
a ~.
1. loc. adv. Dicho de disparar un arma de fuego: Desde muy cerca.
2. loc. adv. De modo brusco y demasiado directo. Le preguntó a quemarropa


Locución adverbial, podría ser la respuesta, nada que ver tampoco.
No  queda  muy claro, decía antes, que quitanieves (en plural) sea lo correcto.
Pero sí me parece que Gardel (más propiamente Alfredo Le Pera, el compositor de “Volver” y quien murió en el el mismo accidente aéreo que segó la vida del tanguero) tenía razón al lamentar que “las nieves del tiempo platearon mi sien”.

Con el paso de los años, creo, vale el plural.
La nieve de un año se acumula sobre la del otro, en la figura retórica.
Pero solo porque se quitan (las) manchas no implica que hayamos de quitar (las) nieves.

Tuesday, March 20, 2012

Lecturas a medias

A nadie sorprenderá el revuelo desatado por el informe de la RAE sobre el sexismo lingüístico.
Es un revuelo que podría calificarse de relativo, habida cuenta de que no todo el mundo está siempre atento a las andanzas y malandanzas —¿hablanzas y malhablanzas?— del idioma.
No esperó a que se feminizara el Diccionario
Si alguien desea complicarse la vida hay una manera, que podríamos llamar compleja, de enterarse de cuáles han sido las reacciones al estudio de Ignacio Bosque: elige uno su motor de búsqueda preferido, ingresa una secuencia que incluya, por ejemplo, los términos “polémica” o “reacciones” y… voilá!, tendrá material suficiente para pasar un buen rato.
Ese método le dará a uno la oportunidad de leer este despacho de agencias sobre el tema.
Para quienes gustan de simplificar las cosas, basta con visitar el sitio web de la Fundación del Español Urgente y, una vez ahí, hacer clic en la pestaña de Noticias y Artículos.
¡Y presto! Listos para su lectura estarán artículos como este, en donde el director de la RAE responde a las críticas al informe de Bosque, o este otro, con una de las reacciones al estudio.
Ya hemos dicho en varias ocasiones que la Real Academia Española —y, por ende, el DRAE— tiene la misma infalibilidad que tenemos todos: ninguna.
Ídem por lo que concierne a impecable, es decir, sin tacha —en el sentido de que cómo seres humanos lo de intachable debe interpretarse siempre como un elogio calificado a una persona, no como sinónimo de inerrancia.

Los ejemplos abundan, pero sin ir muy lejos podemos remitirnos al caso de crayón que mencionamos en nuestra entrega anterior.
No parece haber explicación alguna para que esto
Artículo nuevo.
Avance de la vigésima tercera edición
crayón.
1. m. Lápiz o barrita para dibujar o colorear.


haya de figurar, en su momento —si es que, al final, así se incluye el vocablo en el mataburros— sin el rengloncito ese de marras que resume la etimología.
A menos que la explicación fuese que ya el origen del vocablo se atribuyó, previamente, a otro término que sí está ya en el Diccionario:


clarión.
(Del fr. crayon, quizá con infl. de claro).
1. m. Pasta hecha de yeso mate y greda, que se usa como lápiz para dibujar en los lienzos imprimados lo que se ha de pintar, y para escribir en los encerados de las aulas.


y que además será enmendado para la venidera edición del mataburros:


Artículo enmendado.
Avance de la vigésima tercera edición
clarión.
(Del fr. crayon, quizá con infl. de claro).
1. m. Barra de yeso mate y greda, que se usa como lápiz para dibujar en los lienzos imprimados lo que se ha de pintar, y para escribir en los encerados o pizarras de las aulas.


En vista de las reacciones al estudio sobre el sexismo lingüístico hay un sufijo, ente, y dos términos, gobernante y gobernanta que queremos citar.
Veamos primero el sufijo:


-ente.
(Del lat. -ens, -entis).
1. suf. V. -nte.
-nte.
1. suf. Forma adjetivos verbales, llamados tradicionalmente participios activos. Toma la forma -ante cuando el verbo base es de la primera conjugación, -ente o -iente, si es de la segunda o tercera. Significa 'que ejecuta la acción expresada por la base'. Agobiante, veraneante, absorbente, dirigente, dependiente, crujiente. Muchos de estos adjetivos suelen sustantivarse, y algunos se han lexicalizado como sustantivos y han generado, a veces, una forma femenina en -nta. Dirigente, dependiente, dependienta.


El femenino ya está previsto por el DRAE, aunque bien podría alguien argumentar que es solo reciente.
Y luego, las dos voces:



gobernante.
(Del ant. part. act. de gobernar).
1. adj. Que gobierna. Partido gobernante. U. m. c. s.
2. m. coloq. Hombre que se mete a gobernar algo.


gobernanta.
1. f. Mujer que en los grandes hoteles tiene a su cargo el servicio de un piso en lo tocante a limpieza de habitaciones, conservación del mobiliario, alfombras y demás enseres.
2. f. Encargada de la administración de una casa o institución.


Nada en el DRAE impide que a una mujer en la presidencia se la llame presidenta, como tampoco es cierto que “gobernante” se use únicamente para referirse a un hombre —nótese que la segunda acepción especifica claramente que se utiliza en el ámbito coloquial.
¿Estaríamos mejor si esa segunda acepción se leyese: “Persona que se mete a gobernar algo”?
Ídem por lo que respecta a gobernanta: ¿mejoraría la situación si a las mujeres en el poder político se las llamase gobernantas, no gobernantes, o habría un retroceso porque sería el equivalente de catalogarlas como encargadas de la limpieza?
¿Acaso impide esa definición, en su forma actual, que un hombre haya de desempeñar esas funciones? Me luce que la respuesta es no y que, de haber ya alguien del género masculino ejerciendo ese tipo de labores, se le llamará “encargado” o “conserje”, no “el” gobernanta.

Sentido común, ¿no les parece?
En todo caso, cierro contándoles de este miniexperimento con motores de búsqueda.
Específicamente, con Google y Bing.

Del primero, esta lista nos dice que es el más popular en el mundo entero. Y porque se trata de la incursión de Microsoft en el sector, el factor de reconocimiento de Bing tiende a ser mayor que el de muchos otros motores de búsqueda.
Escribe uno “Golda”, por ejemplo, en la casilla de búsqueda, y pueden apostar doble contra sencillo que entre las ofertas de resultados, si no al tope, figurará la reseña biográfica de la líder israelí Golda Meir.
Si, por el contrario, se escribe Benazir, más que probable que se tendrá la página de la líder paquistaní, y si ingresamos Indira será la información relativa a quien durante años dominó en la política de India. Aunque escribir Margaret ofrece resultados menos específicos que si optamos por Thatcher como secuencia, tengan por seguro que la biografía de la Dama de Hierro figurará entre los principales resultados de la búsqueda.
Veamos qué pasa con secuencias más próximas a nuestro idioma.
Michelle
Violeta, Lydia, Dilma y Cristina arrojarán, entre las principales ofertas de material, las páginas dedicadas a Michelle Bachelet, Violeta Chamorro, Lydia Gueiler, Dilma Rousseff y Cristina Fernández (en este último caso, según la región, puede que se tengan también la oferta de una personalidad de la TV y de una cantante pop).
Pretender que la causa de la mujer (la visibilidad de que habla Bosque) avanzaría si gobernanta fuera a modificarse para referirse a ellas sería, pienso yo, un absurdo.
Todo lo cual nos llevaría a concluir lo siguiente: puede que haya argumentos suficientes para sustentar la tesis de que nuestro idioma es sexista, pero no luce como que en momento alguno impidió que esas mujeres llegasen a gobernar.

Friday, March 16, 2012

Ni infalible ni impecable

Se los prometo, el título de esta entrega no tiene nada que ver con dogma alguno ni está remotamente relacionado tampoco con cualquier discusión de tipo religioso.
Ambos términos brotaron por ahí, al azar, durante un reciente chat de trabajo que nada tenía que ver con la religión.
Colorear o no colorear, he ahí el dilema
De chiripa —de carambola, si se quiere—, por esos mismos días del ciberchat y cuando preparaba la entrega más reciente sobre el concurso Doodle 4 Google 2012, reparé en que uno de los socios patrocinadores es la empresa Crayola, fabricantes del homónimo instrumento para colorear crayola.
En vista de que crayola aparece a veces como marca registrada en el sitio del fabricante, conjeturé que de estar ya incluido en el Diccionario de la Real Academia Española a lo mejor podría ser un caso similar al de jacuzzi.

Wednesday, March 14, 2012

Viajes con la imaginación

Menos de diez días.
No se necesita pasaje ni medio físico de transporte
De hecho, menos de una semana. Si tenemos en cuenta que la fecha del franqueo debe ser, como máximo, el próximo martes 20, quedan apenas seis días, a partir de hoy, para el envío de participaciones al concurso Doodle 4 Google 2012.
Quienes nos hayan visitado con alguna frecuencia habrán notado imágenes como la que incluimos con esta entrega, por lo general en el espacio entre el primero y segundo post del blog.
Los que hayan hecho clic en esa imagen se habrán enterado ya de que se trata del concurso anual de Google para escolares de Estados Unidos (desde Kindergarten hasta el 12º Grado), cuyo ganador en 2011 fue Matteo Lopez.
El tema del concurso fue “What I'd Like To Do Someday” (Lo que me gustaría hacer algún día). López, entonces de 7 años, triunfó con “Space Life” (Vida espacial).

Tuesday, March 13, 2012

El gozo de descubrir

Video: mejor vivir desconociendo que tener respuestas erróneas
Diez días, que incluyen un domingo y todo un “finde”, son tiempo más que suficiente como para digerir un estudio por demás interesante.
Me refiero al trabajo del académico de la RAE, Ignacio Bosque, sobre Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer, cuya lectura in toto recomendábamos en una de nuestras entregas previas.
Aunque jamás se pretendió que hubiese obligación alguna de leerlo esperamos, por supuesto, que quienes nos visitan hayan tenido la oportunidad de hacerlo.
Quienes dedicaron algún tiempo a la lectura del documento completo, sin limitarse al comprimido y sintético extracto periodístico sobre la divulgación del documento, habrán notado entre las muchísimas incongruencias mencionadas por el autor, casos como los siguientes.
Un primer caso es la observación del académico sobre la incoherencia de los autores de esas guías presuntamente destinadas a la erradicación del sexismo en el lenguaje, contra viento y marea y sin importar qué normas se vulneren.

Thursday, March 8, 2012

El mundo está cambiando

Así nos dice desde los 60 el grupo uruguayo Los Iracundos , cuyo éxito Es la lluvia que cae continúa con la promesa de que no solo ese mundo está cambiando, sino que también “cambiará más”.
Y sin embargo…
Vean por ejemplo la captura de pantalla que ilustra esta entrega.
La tragedia fue posterior 
Trágico y deplorable. Un negro episodio en la historia laboral del mundo entero, no solo de Estados Unidos.
La cifra de muertes en el incendio de la fábrica de camisas Triangle —que este artículo del History Channel fija en  145 (una menos que el total citado por el diario madrileño ABC)— es dantesca, para acudir a un calificativo frecuente cuando se habla de este tipo de desastres.
Nada que ver, sin embargo, con la celebración del Día Internacional de la Mujer.
Al menos, digo, en base a los datos que la web nos permite ahora recabar con facilidad con un simple golpe de teclado.
Vamos por partes.
Si nos atenemos al relato de Wikipedia, el primer Día Internacional de la Mujer se habría celebrado el 18 de marzo de 1911.

Saturday, March 3, 2012

El cinco es par

También el tres.
No hablo de números pares o nones —todo el mundo sabe que tanto el tres como el cinco son nones, o impares.
Me refiero, en este caso, a la definición de par aplicada al golf: el total de golpes establecido para completar un hoyo.
Artificio o triquiñuela, si se quiere.
Foto de la fachada de la RAE en su sitio web
Pero en ninguna manera una falsedad, siempre que haga la precisión de que hablo de golf y que me refiero a catalogar como par al tres o al cinco según una definición aplicada a ese deporte.
O sea, siempre que diga algo así como, “En golf, el cinco es par” o “Este es un hoyo de par tres”.

Si yo pretendiera (y lo digo estrictamente para fines explicativos, no que esa sea mi intención) sostener que en virtud de esa acepción el cinco o el tres son  pares estaría incurriendo en lo que en lógica se denomina un sofisma.
Como pueden ver en el hiperenlace del DRAE, la actual definición (ya escueta de por sí) se sintetizará aún más para la próxima edición del Diccionario:


Artículo enmendado.
Avance de la vigésima tercera edición
sofisma.
(Del lat. sophisma, y este del gr. σόφισμα).
1. m. Razón o argumento falso con apariencia de verdad.