Thursday, September 12, 2013

Google Maps en Galápagos: para quedarse boquiabiertos

Y bien, llegó la hora del almuerzo.
Voy a las Galápagos y vuelvo en media hora.
Sí, sí. Oyeron bien.
De esta especie viene su nombre
Galápagos: De esta especie viene su nombre
Mi receso del almuerzo para hoy, jueves 12 de septiembre de 2013, es una visita el archipiélago ese en el Pacífico que Charles Darwin hizo famoso hace ya 178 años.
Cortesía de Google Maps, naturalmente.
Me explico.
Hace aproximadamente seis meses, Google Maps dio a conocer la iniciativa conjunta con la Charles Darwin Foundation y el Parque Nacional Galápagos de Ecuador, para difundir las imágenes panorámicas que se captarían como parte del proyecto Street View Trekker.[Si hacen clic en Galápagos, en el pie de grabado superior, podrán ver todo el show].
Las imágenes están disponibles a partir de hoy en la web, “no solo para que quienes viajan desde la comodidad de su silla frente a la computadora puedan disfrutar de las islas, sino también para desempeñar un papel instrumental en la continuada investigación del ambiente, la conservación, los patrones migratorios de las especies animales y el impacto del turismo en las islas”, nos dice Google Maps.
De tener el tiempo suficiente, cualquier cibernauta podrá también participar en el proyecto Darwin por un Día, que pretende involucrar de manera más directa a ciudadanos del mundo entero en la preservación del archipiélago.
Las imágenes que ilustran esta entrega son, naturalmente, capturas de pantalla que he realizado durante mi corta visita.
Una de ellas, la del alcatraz patiazul, me ha hecho recordar —con el fragmento ese de la descripción de Wikipedia de que, para cortejar a las hembras los machos despliegan sus patas “levantando una y después la otra”— el chiste aquel de la lora que asombraba a medio mundo porque, según de cuál pata le tirasen, recitaba de memoria una oración.
Si levanta las dos a la vez, se cae
Si levanta las dos a la vez, también se cae

Tanto revuelo causó la lora que al prelado local no le quedó más remedio que investigar .
Tras establecer que tirar de la pata izquierda hacía que la lora recitase una cierta oración y otra, distinta, al tirar de la derecha, el prelado no pudo contenerse:
— ¿Y qué pasa si tiro de las dos al mismo tiempo?
Responde la lora:
— ¡Me voy de c…!
Bueno, nadie les tirará de ninguna extremidad, pierdan cuidado.
Pero, se los puedo asegurar, se quedarán con la boca abierta ante las impresionantes imágenes.

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